La población africana, a diferencia de la europea, se enfrenta a una elevada tasa de crecimiento demográfico, que permite soñar con un futuro esperanzador, impulsado por la energía de millones de mujeres y hombres jóvenes. Pero, para transformar este sueño de prosperidad y progreso en una realidad, es imprescindible que haya un cambio profundo en la educación de las nuevas generaciones.
A pesar de ser rico en tierras de cultivo, agua y en juventud, el continente africano se ve obligado a importar alimentos y tampoco los jóvenes ven en la agricultura un futuro profesional atractivo. Por ese motivo, la formación en el sector agrario y maderero, es una salida que garantiza un empleo y asegura el alimento a este sector de la población. El problema es que los jóvenes están más interesados en ser empresarios o dedicarse a actividades del sector servicios. Esto tampoco ayuda a ahuyentar la idea de emigrar a Europa entre la población más joven, decidida a abandonar incluso empleos y cierto estatus social para intentar cruzar el Mediterráneo, a pesar de los peligros a los que se exponen, como morir en la travesía o ser víctima de los traficantes.
Del mismo modo en que la falta de agua potable o alimentos contribuyen al incremento de enfermedades y muerte, la falta de conocimiento acerca de la realidad que viven muchos migrantes africanos en Europa dificulta el progreso y el crecimiento, además de truncar las vidas de millones de jóvenes africanos.
En varios países del África subsahariana, como Costa de Marfil, ya se están movilizando recursos para sensibilizar a la población acerca de los peligros de la migración a Europa y tratar de rebajar el romanticismo y heroísmo de los que emigran del continente. Es el caso de Noel Yapo, quién dirige un centro formativo de carpintería y ebanistería en un pueblo cercano a la capital de Costa de Marfil, con el objetivo de disuadir a jóvenes marfileños que han abandonado los estudios, de un futuro incierto en Europa.
En muchos casos, estos jóvenes son conscientes de los riesgos que asumen, pero la presión social y de las familias también influye en la decisión de emigrar. Para los padres, tener un hijo en Europa es un motivo de prestigio ante la comunidad, y existe una cultura arraigada de menosprecio hacia los que deciden quedarse.
Evidentemente, todo este trabajo que se ha empezado a hacer en África, necesita de un cambio notable en las relaciones con los países explotadores, para poder llegar a tener éxito algún día. Y ese cambio empieza por sensibilizarnos y concienciarnos frente a la situación que viven estos migrantes africanos en suelo Europeo.
Si quieres ser parte integrante de nuestro pequeño proyecto cinematográfico y ayudarnos a sensibilizar sirviéndonos de un medio tan valioso como el artístico, te alentamos a que participes en nuestra campaña de crowdfunding y juntos empecemos a construir el mundo del futuro. Cada grano de arena cuenta. La campaña dará inicio el próximo 20 de diciembre, a las 10.00 horas en nuestra página de Verkami.
Silvia Ballell dice
!Felicidades por el proyecto!
El tema es tan complejo que está muy bien que pongáis la mirada en esta situación que cada dia se agraba más y más.
La educación es clave pero desgraciadamente no es solo el único factor, hay tantos otros problemas que a veces pienso que solo «un gran despertar» de esta joventud en massa africana es lo que traerá el verdadero cambio.
Suerte con la película, estoy segura que será un éxito!